VIHVIIR: Implementación de grupos de apoyo terapéutico con componentes de yoga, meditación y movimiento para personas que viven con VIH (PVV) en Ecuador
Debido a la falta de servicios psicosociales y la negligencia de los servicios de salud en el Ecuador para las personas viviendo con VIH (PVV), se propone la implementación de grupos de apoyo dirigidos por profesionales de la salud y pares. Esto es necesario, puesto que esta población tiene un mayor riesgo de padecer trastornos de la salud mental, tales como la depresión o la ansiedad, debido a la discriminación, estigmas sociales y a la violación de sus derechos humanos (DDHH) que viven constantemente por su diagnóstico La evidencia ha demostrado que los grupos de apoyo son beneficios en muchos aspectos, pues ofrecen un espacio seguro para que los participantes compartan sus experiencias y aprendan de otros sin ser juzgados. Además, atienden a diversas necesidades psicosociales, promueven el autoestima, la autonomía y fortalecen las redes de apoyo y solidaridad. La intervención va a estar dirigida por pares y profesionales. Por medio de este proyecto, se espera contribuir a la evidencia existente en el Ecuador sobre el impacto y la implementación de programas de acompañamiento psicosocial para esta población. También se espera que la intervención tenga un impacto positivo en la calidad de vida y el bienestar psicosocial de los usuarios de los grupos de apoyo.
Implementar y evaluar el impacto y el proceso de implementación de una intervención psicosocial a manera de grupos de apoyo con componentes de yoga, meditación y movimiento; dirigida a personas viviendo con VIH (PVV) en el Ecuador.
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
Objetivo 16: Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas
La brecha terapéutica de salud mental en Latinoamérica en el 2013 era del 74.7%. Esta cifra puede ser aún mayor en Ecuador si es que se toma el hecho de que solo el 1.6% del presupuesto de salud va dirigido a temas relacionados con salud mental. Esto presenta una gran problemática, ya que las personas viviendo con VIH (PVV) tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental; por ejemplo el 40% de PVV ya padecen trastornos como depresión y ansiedad. Esto no solo interfiere en su bienestar emocional, sino que también repercute en su salud física, dificultando su adherencia al tratamiento, su progreso y mejoría y aumenta el riesgo de muerte. Adicionalmente, estas personas están expuestas a altos niveles de discriminación, aislándolos y vulnerándolos aún más. Por lo tanto, es importante entender que la investigación ha demostrado que el soporte social resulta beneficioso para las PVV, ya que aporta en su bienestar de un modo conveniente y eficaz. A través de los grupos de apoyo, las personas pueden ser educadas y atendidas a nivel psicosocial, consiguiendo así el apoyo social que necesitan. Dentro de los beneficios se incluye la reducción de la tasa de mortalidad, una mejora en la calidad de vida y en la adherencia al tratamiento y aumenta la prevención del VIH. Por otro lado, estos grupos también ayudan a crear espacios de difusión e intercambio de conocimientos y experiencias sobre el uso de medicamentos, incentivando a las PVV, que no se encuentran en tratamiento médico, a iniciarlo. Los grupos de apoyo, según sus niveles de intervención y de ejecución, pueden ofrecer apoyo emocional, espiritual, físico o médico, psicológico, familiar e incluso educativo. Además son flexibles y pueden adaptarse a las necesidades y objetivos de los participantes, a través de diferentes dinámicas, duración y criterios de inclusión o exclusión. Inclusive, los grupos de apoyo en línea han sido una gran alternativa para ofrecer este servicio de contención emocional, acompañamiento y difusión de información, rompiendo así las barreras de accesibilidad. Dada la relevancia de un enfoque integrado que contribuya a la calidad de vida de las PVV y, considerando la falta de servicios psicosociales y terapéuticos accesibles, además de la negligencia histórica de los servicios de salud mental para esta población en el Ecuador, se propone la implementación de una intervención terapéutica a manera de grupos de apoyo entre pares. Esta estará orientada para personas con un diagnóstico de VIH, quienes han experimentado problemas de salud mental, discriminación, estigma y violencia contra sus derechos. La intervención busca promover la calidad de vida de las PVV, mejorando su adherencia al tratamiento y fomentando lazos sociales y de solidaridad que les permitan sentirse acompañados. A partir de la literatura encontrada, esperamos contribuir de manera positiva en el bienestar total de estas personas.
La sociedad beneficiaria es aquella que tiene un diagnóstico de VIH. Específicamente, se espera trabajar con alrededor de 30 personas, quienes, de manera voluntaria han querido iniciar su participación en la intervención. Se establece dividirlas, en grupos aproximadamente de 10. Los participantes tendrán entre 18-55 años, y pueden o no pertenecer a la comunidad LGBTIQ+. A pesar de que la intervención será realizada de manera remota, por 1 profesional de la salud y 1 par, en conjunto, la sede del proyecto será en la ciudad de Quito, Ecuador.; ¿Cuál es el alcance del proyecto? Mediante los grupos se trabajará la promoción del bienestar y del cuidado de la salud mental de los/las participantes. En Latinoamérica, la brecha de tratamiento de salud mental es del 74.7%; es decir, no todas las personas pueden acudir a un especialista en busca de ayuda; y en Ecuador solo el 1.6% del presupuesto total de salud está dirigido a la salud mental, volviendo el acceso a este derecho, muy limitado. ¿Quién se beneficiará? Gracias a este proyecto 30 personas con VIH van a acceder a un grupo de apoyo, con los materiales y recursos necesarios para promover su bienestar. Tenemos la esperanza de que estos grupos puedan replicarse, contribuyendo a mejorar la salud mental de esta población en el Ecuador. Impacto en la sociedad más amplia: Al ser una intervención psicosocial que trabaja con una población históricamente marginalizada estará incrementando la poca evidencia que existe en la actualidad sobre intervenciones alineadas a mejorar su calidad de vida y bienestar psicosocial. Esperamos que la evidencia recolectada después de implementar este proyecto nos permita movilizar esfuerzos para que el sistema público de salud genere programas similares con el objetivo de atender a esta población. Finalmente, debido a los espacios de difusión de información y de transferencia de conocimiento que vamos a ofrecer una vez terminado este proyecto esperamos que la evidencia recuperada tras la implementación tenga un alcance amplio que trascienda los espacios académicos.
Los participantes han logrado desarrollar las siguientes habilidades: regulación emocional, comunicación asertiva, establecimiento de límites y empoderamiento en relación con su diagnóstico de VIH. En el ámbito del conocimiento, los participantes han ampliado su comprensión en todo lo relacionado con el VIH y su situación en el Ecuador, abarcando temas como antirretrovirales, clínicas especializadas, nutrición y el estilo de vida para PVV, así como medidas de protección y prevención. Además, se ha observado una reducción en los síntomas psicopatológicos leves de depresión y ansiedad, así como una disminución en los sentimientos de culpa y autoestigma asociados a su diagnóstico de VIH. Finalmente, se logró reducir, un poco, la brecha psicoterapéutica para esta población.
