Waponi Kewemopa
Este proyecto integra aspectos claves de la salud humana y animal, tomando en cuenta el conocimiento de poblaciones indígenas; el conocimiento académico e investigativo de profesores; y de socios estratégicos especialistas en salud; para implementar acciones de prevención y promoción de salud en cuatro comunidades Waorani en la Amazonía ecuatoriana. Se realizarán brigadas médicas y veterinarias, cuyas fases de planificación, ejecución y seguimiento, tendrán elementos de consulta comunitaria, medición de impacto en la salud humana y autogestión de la información relacionada a la salud comunitaria.
Estas cuatro comunidades se encuentran ubicadas a lo largo de la Vía Maxus, vía que corresponde a un tramo del recorrido que se realiza para ingresar a la Estación de Biodiversidad Tiputini (EBT). Estas comunidades y la EBT mantienen una relación de vecindad y colaboración desde hace más de 20 años, enlazadas no solo por una proximidad física sino también por la búsqueda constante para afrontar los desafíos de conservación y desarrollo en el Parque Nacional Yasuní. La salud, es un aspecto clave en el desafío del desarrollo comunitario, y requiere de acciones que involucren el empoderamiento comunitario en una era de constantes cambios socioambientales.
Contribuir a que las comunidades Waorani lleven estilos de vida saludables a través de la promoción de Una Salud (One Health) y prevención de enfermedades.
3. Salud y bienestar
Objetivo 3: Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades
4. Educación de calidad
Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos
16. Paz, justicia e instituciones sólidas
Objetivo 16: Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas
17. Alianzas para lograr los objetivos
Objetivo 17: Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible
Incluir la justificación del proyecto señalando: Cuál es la línea base (estado actual), el problema o necesidad de la sociedad que se busca solventar, cuáles son los resultados esperados, la importancia del proyecto y la pertinencia que tiene con la carrera.
El deterioro del entorno natural y la escasez de servicios en salud, educación y economía de las familias Waorani que habitan en la vía Maxus, en la Amazonía ecuatoriana, son algunas de las razones por las que se considera prioritario un conjunto de acciones colaborativas y comprehensivas para el desarrollo sostenible del sector. A través de la EBT, cuatro de las comunidades Waorani que se encuentran en este sector, han solicitado apoyo a la USFQ en diversos temas de desarrollo comunitario, como por ejemplo en salud, educación, generación y diversificación de ingresos económicos, conectividad, entre otros.
Las poblaciones indígenas de la Amazonía ecuatoriana dependen en gran parte de la industria petrolera para recibir atención y apoyo en ciertos aspectos de desarrollo comunitario, y en muchos casos son la única fuente de ingreso económico para algunas de las familias en estas comunidades. Sin embargo, específicamente en la vía Maxus, la empresa petrolera que dio apoyo a estas comunidades por casi 20 años, terminó definitivamente su operación en el sector y la empresa actual estatal no logra cubrir las necesidades que las comunidades exigen en su territorio. Las familias viven con escasos recursos económicos y recurren a otras actividades que les permiten tener ingresos económicos, como lo es la venta de carne silvestre en mercados locales y la minería ilegal. Esta actividad, entre otras, empeoran la salud de las poblaciones de animales silvestre, de los bosques y áreas naturales y posteriormente de la salud humana.
Estas comunidades no cuentan con un centro de salud para atención médica básica, y mucho menos con herramientas e insumos médicos en caso de una emergencia de salud. Sus habitantes dependen de los servicios que puedan proveer las empresas petroleras de turno y en caso de un caso de emergencia deben emprender un viaje de mínimo 5 horas para salir a la ciudad más cercana y buscar apoyo médico. Existe un desconocimiento general, desde diferentes ámbitos sobre los procedimientos primarios que se pueden seguir en caso de emergencias médicas causadas por accidentes o picaduras/mordeduras de animales peligrosos o enfermedades zoonóticas.
Las comunidades beneficiarias de este proyecto, no cuentan con acceso a medicación básica como ibuprofeno o paracetamol. No cuentan con protocolos adaptados a su cultura e idioma, para proceder correctamente en caso de picaduras o mordeduras de animales peligrosos, como por ejemplo picaduras de serpientes, arañas, alacranes y hormigas.
Por otro lado, la interacción y mal manejo de perros y otros animales domésticos (gallinas y cerdos) con animales silvestres (mascotas y en estado silvestre) contribuye en gran medida a la transmisión de enfermedades parasitarias entre animales domésticos y silvestres, e incluso entre animales y humanos, siendo esto causa de enfermedades zoonóticas.
El alcance de este proyecto se dirige a cuatro comunidades Waorani que habitan en la vía Maxus. Estas son: Guiyero, Ganketapare, Nenkiguiro y Timpoka. Estas comunidades están conformadas por aproximadamente 250 habitantes distribuidos en alrededor de 70 familias o casas. No existe un número exacto de habitantes, ya que por mucho tiempo no se han registrado formalmente todos los habitantes de la zona y también porque existe una población flotante que frecuentemente migra entre localidades y otras comunidades del territorio Waorani en toda la Amazonía ecuatoriana.
Actualmente no se tiene información de cuantos hombres, mujeres y niños(as) son parte de la estructura demográfica, pero se cuenta con estimado de 4 a 5 habitantes por familia. Estas cuatro comunidades cuentan con una escuela (educación básica) de aproximadamente 15 estudiantes. Los estudiantes que van a educación secundaria deben ir la Unidad Educativa de Pompeya, a 30-40 kilómetros de distancia desde sus comunidades.
Una fuente importante de ingreso económico para las familias es la agricultura. Sus cultivos, se encuentran en chacras diversificadas ubicadas en cercanía a sus viviendas y que se destinan principalmente al auto-consumo. Tal es el caso de productos como chonta, arroz, maíz, papaya, guaba y caña. Sin embargo, existen otros productos que adicionalmente generan ingresos por ventas, como por ejemplo, el plátano, el cacao, la yuca y el maíz. Algunas familias han incurrido en la práctica de crianza de gallinas con el fin de producir huevos, los cuales destinan al auto-consumo. Para el consumo de proteína animal, las dos fuentes complementarias son las actividades de cacería y pesca, para auto-consumo y también como ingreso económico.
El proyecto Waponi Kewemopa ha generado un impacto significativo en las comunidades Waorani beneficiarias al abordar la salud desde un enfoque integral, humano, animal y ambiental. A través de las brigadas de salud humana, 68% de los habitantes han accedido a atención médica básica y preventiva, mejorando su bienestar y fortaleciendo la confianza en intervenciones externas en temas de salud humana. Las jornadas de desparasitación de animales domésticos, que incluyeron a 40% de las familias, no solo han reducido el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas, sino que también han promovido un manejo más responsable de los animales en contacto con la fauna silvestre. Adicionalmente, los talleres de prevención de enfermedades zoonóticas y las capacitaciones en investigación comunitaria han empoderado a líderes locales para identificar y abordar problemas de salud de manera autónoma y sostenible. La creación de guías bilingües sobre picaduras y mordeduras de animales peligrosos ha sido especialmente valiosa, proporcionando a las comunidades herramientas prácticas y culturalmente relevantes para manejar emergencias médicas. Este esfuerzo ha promovido un mayor entendimiento y respeto por los saberes tradicionales, integrándolos con conocimientos modernos. El proyecto ha logrado construir redes de colaboración entre las comunidades, instituciones académicas y organizaciones no gubernamentales, garantizando un enfoque participativo en cada intervención. En conjunto, estas acciones no solo han mejorado la calidad de vida en las comunidades, sino que también han fortalecido su resiliencia y capacidad para gestionar su salud y la de sus territorios de manera autónoma y sostenible.





