Apari, alimentos del corazón
La Asociación Mujeres Artesanas de la Comunidad El Edén (ASOPAME), en colaboración con la Estación de Biodiversidad Tiputini (EBT) y de Canopy Bridge; con el financiamiento de PROAmazonía y de la USFQ, iniciaron un proyecto de Bioemprendimiento en el año 2021, para la producción y comercialización de productos forestales no maderables (PFNM), como una alternativa de ingreso económico para las socias de ASOPAME y de la comunidad en general. En el primer año del proyecto se implementó de una planta piloto para la elaboración de tres PFNM: harina de chonta, patasmuyo y pulpa de morete.
A través de este proyecto se han capacitado a más de 30 socias en diferentes aspectos claves, desde la elaboración de los productos en la planta piloto siguiendo altos estándares de producción, hasta el diseño de plan de negocio comunitario. Sin embargo, como muchos emprendimientos aún en su segundo año, se encuentra en fase de crecimiento. Las socias de ASOPAME han logrado incrementar sus ingresos en un 5% pero aún no han logrado incrementar su producción, debido a los tiempos cortos de cosecha de los PFNM. En una siguiente fase, se busca desarrollar nuevos productos en diferentes épocas para aumentar así los productos que puedan comercializarse en un año.
Generar alternativas para incrementar los ingresos familiares en función de aumentar la agrobiodiversidad de las chacras.
5. Igualdad de género
Objetivo 5: Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas
8. Trabajo decente y crecimiento económico
Objetivo 8: Promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos
12. Producción y consumo responsables
Objetivo 12: Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles
15. Vida de ecosistemas terrestres
Objetivo 15: Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras, detener la pérdida de biodiversidad
17. Alianzas para lograr los objetivos
Objetivo 17: Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible
En base a un proceso participativo de recolección de información, CanopyBridge entrenó a un grupo de gestoras socias, para realizar encuestas y grupos focales en la comunidad con el fin de identificar posibles productos de interés en su localidad y en sus chacras, o fincas agrodiversas. Actualmente, ASOPAME, cuenta con 20 mujeres socias activas y aproximadamente 10 socias semi activas, las mismas que han participado en el proyecto de Bioemprendimiento y en otros proyectos como es el de elaboración y venta de artesanías.
Como resultado de las encuestas se desarrolló el plan de producción de tres productos forestales no maderables, y una pequeña planta piloto de procesamiento. En esta fase se desarrollaron tres productos: harina de chonta, patasmuyo (macambo) y pulpa de chonta. Estos tres productos se desarrollaron bajo la marca APARI, alimentos del corazón.
La ASOPAME está fortalecida, legalizada y lista para poder facturar formalmente, aunque por la influencia del proyecto de ecoturismo, las socias están acostumbradas a comercializar otros productos artesanales en via directa. La harina de chonta y la pulpa de morete ha sido comercializada al interior de la comunidad. La planta de alimentos está montada y funcionando.
Las mujeres socias están capacitadas y pueden manejar la planta con todas las normas de higiene requeridas, tienen un plan de negocios, un manual de marca, la planta de procesamiento está totalmente adecuada tanto en el espacio físico como en los equipos y materiales.
Actualmente, se ha puesto en marcha un proceso para obtener el registro sanitario de la harina de chonta. El proceso tiene un 70% de avance, se han hecho las pruebas técnicas del producto, está listo un nuevo empaque que tendrá una receta para el uso de la harina de chonta, y no hay preocupación de que no se finalice esto con total éxito.
Las socias y gestoras del proyecto han recibido capacitación en la elaboración y empaque de los productos, así como en la comercialización de los mismos. Adicionalmente, han participado en talleres de intercambio de experiencias de otros emprendimientos amazónicos y en talleres de autoconocimiento y fortalecimiento organizacional. Estos talleres han permitido que las socias reconozcan sus habilidades individuales y grupales, con el fin de engranar y articular las habilidades necesarias para su trabajo como ASOPAME.
En las siguientes etapas del proyecto, se busca fortalecer la producción y comercialización de los productos forestales no maderables bajo la marca APARI, así como desarrollar las habilidades de las socias tanto individuales como grupales, que les permita asegurar la sostenibilidad e innovación del Bioemprendimiento.
En las siguientes etapas del proyecto, se busca fortalecer la producción y comercialización de los productos forestales no maderables bajo la marca APARI, así como desarrollar las habilidades de las socias tanto individuales como grupales, que les permita asegurar la sostenibilidad e innovación del Bioemprendimiento.
La comunidad del Edén está ubicada en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Yasuní, ocupando un territorio de 23.350 hectáreas y con una población de 500 habitantes aproximadamente, de los cuales un 52% son hombres, 48% son mujeres y un 20% son jóvenes entre 18 y 29 años de edad (PDYOT El Edén, 2015).
La comunidad está representada por el Cabildo (presidente, vicepresidente, tesorero y secretario) y dentro de su estructura organizacional están definidos varios grupos de trabajo de acuerdo a sus campos de acción, como por ejemplo la Asociación de producción artesanal de mujeres El Edén llamada ASOPAME y el Comité de padres de familia (Plan de Manejo El Edén, 2000).
El ingreso de las familias en la comunidad de El Edén proviene principalmente de la producción de café, maíz, arroz, y el trabajo asalariado en actividades petroleras. No existe especialización y diversificación de empleos internamente. Muchas de las fincas funcionan de manera semi-comercial, es decir que sus cultivos sirven para el autoconsumo y para solventar gastos diarios. El ingreso per capita para toda la región en el norte de la Amazonía ecuatoriana es bastante bajo, existen familias que viven con menos de USD 1,00 diario, es decir, por debajo de la línea internacional de la pobreza (Torres et al, 2017).
Dentro de esta parroquia, existe un alto porcentaje de asistencia en la educación primaria (89%) sin embargo, en el bachillerato baja considerablemente (33%) y en el nivel de educación superior esta tasa es menor al 1% (PDOT, 2015). La Unidad Educativa El Edén tiene un bachillerato técnico en Turismo, pero se desconoce cuántos de los bachilleres graduados en esta unidad desean dedicarse a esta ocupación y logran encontrar trabajo en este campo.
Hace 20 años aproximadamente, la comunidad del Edén fue conocida como las pioneras en el desarrollo de la zona baja del río Napo. Sin embargo, en la actualidad, vemos como se han acentuado varios problemas sociales y ambientales. Uno de esos problemas es la deserción de estudiantes a nivel de secundaria y bachillerato. Muchos de los jóvenes no logran culminar el bachillerato y muy pocos buscan una educación universitaria. Algunos padres de familia atribuyen esto a la falta de motivación por parte del sistema educativo, otros al abuso del alcohol en los jóvenes y otros a que deben ayudar en las fincas familiares o buscar trabajo por la falta de recursos económicos. Este problema no solo afecta a los jóvenes hombres que buscan ingresos para sus familias, sino también a las jóvenes mujeres quienes tradicionalmente contraen compromiso de pareja a temprana edad y joven pareja tiene dificultades para cubrir gastos familiares básicos y de educación de sus hijos e hijas.
La asociación de mujeres tiene personería jurídica y su RUC Nº 2290338878001 les permite comercializar por ahora solo artesanías. El objetivo es brindar apoyo durante todo el proyecto para lograr los objetivos de comercialización y venta de otros posibles productos en base a recursos forestales no maderables con los debidos permisos y sus implicaciones legales.
Este proyecto nació en el año 2020 con el objetivo de crear una nueva fuente de ingreso económico para los habitantes de la Comunidad Kichwa Amazónica El Edén, en la provincia de Orellana, a través del desarrollo y comercialización de productos forestales no maderables y provenientes de las chacras y fincas de las familias de la comunidad. Es importante mencionar que el impacto y alcance de este proyecto es el resultado de tres años de planificación y ejecución de actividades que han llevado a resultados tangibles, como por ejemplo una Asociación de Mujeres Artesanas con estructura sólida y manejando una planta piloto en constante funcionamiento, tres productos comercializados al menos tres veces al año, un grupo itinerante de 26 mujeres participando en las mingas de cosecha y procesamiento, un grupo de 4 mujeres gestoras empoderadas coordinando el proyecto y participando en ferias e intercambio de experiencias.
Por otro lado, existe un impacto en la comunidad de mediano y largo plazo que es difícil de medir y requiere de recursos adicionales para su evaluación. Sin embargo, los resultados tangibles a lo largo de estos tres años del proyecto, nos permiten evaluar y proyectar el éxito y sostenibilidad del negocio comunitario. Por lo tanto, un negocio comunitario sostenible permite afianzar las capacidades técnicas y organizacionales de un grupo poblacional clave en el desarrollo de la comunidad. En este caso, este grupo poblacional son las mujeres que conforman la Asociación de Mujeres, beneficiarias directas de este proyectos. Las mujeres socias, en su mayoría, son quienes sustentan su hogar y muchas de ellas tienen que buscar ingresos adicionales para cubrir necesidades básicas de alimentación, vestimenta y educación, para sus hijos e hijas.
A través de este proyecto, las socias beneficiarias de este proyecto ha aumentado sus ingresos económicos sin tener que salir de su comunidad y aprovechando los recursos naturales de su territorio de manera sostenible y creando alianzas estratégicas con organizaciones como la USFQ y Canopy Bridge. Además del ingreso económico para las socias y sus familias, existe un cambio profundo en la situación de las mujeres socias a nivel personal y colectivo. Al ser un grupo poblacional vulnerable, cuya condición de vulnerabilidad se agrava al ser parte de un sector rural, de difícil acceso y dependiente de los escasos recursos que llegan solo a través del Estado o de la Compañía Petrolera de turno, hace que proyectos como este tengan un mayor impacto en la población, siendo ellas quiénes comparten y transforman su conocimiento tradicional para generar fuentes alternativas de ingreso para mejorar la calidad de vida de sus familias y de los habitantes de la comunidad en general.



