
El modelo de producción florícola ecuatoriano se caracteriza por priorizar la diversificación de mercados, producción y rotación de variedades exclusivas cotizadas por dichos mercados. La necesidad de la industria de poder predecir la producción y productividad del cultivo surge a partir de la incapacidad actual de coordinar certeramente los pedidos generados con la disponibilidad de flor tanto en el cultivo